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  • viernes, 14 de abril de 2017

    TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

    En la actualidad la Enfermedad de Parkinson no es curable. Sin embargo cuenta con un tratamiento efectivo, que permite recuperar el validismo y disminuir la mortalidad (B).

    El objetivo más alto del tratamiento es mejorar la calidad de vida del paciente. No se debe enfocar solamente en el control de los síntomas o en el restablecimiento del estado motor.



    Este tratamiento descansa en cuatro pilares: 
    1. Educación
    2. Tratamiento farmacológico.
    3. Rehabilitación.
    4. Cirugía.

    1.  Educación:


    La educación del paciente sobre su enfermedad debe ser mantenida pues cada etapa evolutiva tiene sus  particularidades. El conocimiento de la naturaleza degenerativa de la patología, la evolución progresiva y las características del tratamiento permiten una mejor colaboración del paciente para el control de sus síntomas.

    2. Tratamiento Farmacológico:
    Neuroprotección: Hasta le momento no existe evidencia de que algún tratamiento tenga propiedades neuroprotectoras. Los inhibidores de la MAO B como la Selegilina y la Rasagilina han demostrado un efecto neuroprotector in vitro pero esto no se ha podido trasladar a la clínica.  
    El uso de estos medicamentos pospone la necesidad de tratamiento dopaminérgico por más de 6 meses (A) con un efecto sintomático ligero. 
    Fase  temprana
    En  esta etapa, cuando los síntomas no molestan para las actividades de la vida diaria se sugiere comenzar con Selegilina (A) o Rasagilina (A).

    Selegilina: Se debe iniciar con dosis bajas, 2,5mg en desayuno. Luego se debe aumentar 2,5mg cada 3 días hasta llegar a la dosis de mantenimiento de 5mg en desayuno y almuerzo. No debe administrarse en la noche porque puede interferir con el sueño. Luego de dos meses se obtiene su efecto máximo. Se indica reconsultar al paciente cada dos o tres meses para comprobar que los síntomas no interfieren con las actividades de la vida diaria.



    Aunque es un medicamento seguro, con pocas contraindicaciones y de buena tolerancia, pueden aparecer algunos problemas:
    1 Intolerancia: Se suspende la Selegilina y se agrega un agonista dopaminérgico o levodopa según el caso (ver adelante).
    2 Predominio del temblor: Sugerimos asociar Anticolinérgicos (C). Otras opciones terapéuticas son los Agonistas Dopaminérgicos, la Clozapina y el Propanolol (C). La cirugía es una opción en los pacientes que responden poco al tratamiento farmacológico. El blanco que se usa con más frecuencia es el núcleo Ventral intermedio del Tálamo (C).
    3 Depresión: Si es leve puede esperarse al efecto euforizante de la Selegilina. También puede agregarse Amitriptilina, 25mg en la noche. Otras opciones son la Mianserina o la Fluoxetina. Si la depresión es severa se sugiere consulta con psiquiatría (C). 
    4 Demencia y Amnesia: Debe retirarse la Selegilina. Otros fármacos que están contraindicados en pacientes con deterioro cognitivo son: Amantadina, Anticolinérgicos y los Agonistas Dopaminérgicos (C). En estos casos debe comenzarse con levodopa en pequeñas dosis repartidas en el día.

    La Selegilina debe evitarse en pacientes mayores de 70 años o con deterioro cognitivo. No se debe asociar a inhibidores de la enzima COMT por el riesgo de hipertensión arterial y flushing.

    Actualmente se dispone de un nuevo IMAO, la Rasagilina, que en dosis de 1mg al día ha demostrado un efecto neuroprotector significativo, con menos efectos adversos. La mayor parte de los expertos lo recomiendan como tratamiento inicial.


    Fase  de Estado
    Una vez que los síntomas comienzan a tener un impacto sobre las actividades de la vida diaria del paciente se recomienda comenzar el tratamiento sintomático.
    El medicamento para iniciar el tratamiento sintomático se escoge en base a factores objetivos y subjetivos relacionados al propio medicamento (eficacia, costo, seguridad), al paciente (síntomas, edad, necesidades, expectativas, comorbilidad, nivel socioeconómico) y al ambiente  (disponibilidad, cobertura del seguro).

    Sin embargo, basado en el nivel de evidencia existen dos factores a considerar en el inicio del tratamiento:


    1. El control sintomático. 
    2. La prevención de las complicaciones motoras.



    Muchos de los fármacos pueden tener efectos adversos o variaciones farmacocinéticas diarias por lo que preferimos hacer los ajustes con el paciente ingresado y con una evaluación multidisciplinaria. Los cambios deben hacerse gradualmente.
    Un instrumento útil para el ajuste farmacológico es el autoinforme de control motor. Es un documento donde el paciente o su acompañante anotan las fluctuaciones del estado motor en las 24 horas. Esto nos permite conocer los horarios donde existe déficit farmacológico y corregirlo. 

    Medicamentos de Primera Línea
    Levodopa: Es el medicamento más efectivo para el control sintomático (A). Después de algunos años de tratamiento se asocia usualmente a complicaciones motoras que son más frecuentes en pacientes jóvenes. En pacientes ancianos se recomienda comenzar con este fármaco (C). El uso temprano de las formulaciones de liberación retardada (Sinemet CR) no previene las complicaciones motoras (A).


    Las preparaciones actuales se asocian a inhibidores de la enzima descarboxilasa de Aminoácidos Aromáticos (DAA) en proporción 4 a 1 (Benzeracida) o 10 a 1 (Carbidopa).
    Sugerimos comenzar con 300 mg divididos en tres tomas con un ascenso gradual de hasta 1500 mg del componente de levodopa dividido en 4 dosis. 
    Si luego de mantener esta dosis por un mes no existe mejoría motora, el paciente debe reevaluarse buscando etiologías diferentes a la Enfermedad de Parkinson Idiopática.


    La efectividad de la LD puede disminuir sustancialmente luego de un tiempo. Entonces debe agregarse un agonista dopaminérgico si no existen contraindicaciones.
    Los efectos adversos más frecuentes de la LD en esta etapa son los digestivos, con nauseas y vómitos.
    En estos casos se puede asociar domperidona (10mg) una tableta 15 minutos antes de desayuno, almuerzo y comida. Si el malestar se mantiene sugerimos cambiar la formulación en base al inhibidor de DAA (entre benzerasida y carbidopa).
    Algunas contraindicaciones para la administración de levodopa son: insuficiencia cardiaca congestiva, cardiopatía isquémica, trastornos del ritmo, glaucoma de ángulo cerrado, melanoma y psicosis.


    Agonistas Dopaminérgicos: En comparación con la LD tienen un menor efecto sintomático. Sin embargo, es el único grupo farmacológico con medicamentos (Pergolida, Pramipexol, Ropirinol) capaces de controlar los síntomas y prevenir las complicaciones motoras (A). 
    Los pacientes menores de 70 años tienen más riesgo de desarrollar complicaciones motoras inducidas por LD por lo que se aconseja el inicio del tratamiento con Agonistas Dopaminérgicos (C).
    Antes de comenzar el tratamiento con estos medicamentos debe evaluarse la presencia de hipotensión y cardiopatía.


    Sugerimos comenzar con pequeñas dosis  con aumentos graduales. El efecto máximo puede demorar hasta seis meses. La asociación con las comidas disminuye los efectos adversos gastrointestinales. Si existe intolerancia gástrica se puede asociar domperidona.

    Sugerimos el Pramipexol y el Ropirinol.



    Pramipexol: Se recomienda iniciar el tratamiento con 0,375mg/día (dividido en tres tomas iguales) incrementando si es necesario hasta encontrar la dosis mínima efectiva, realizando incrementos de 0,375mg, en intervalos de 5 a 7 días. La dosis de mantenimiento como monoterapia es de 1,5 a 4,5mg/día, divididos en 3 tomas diarias. En asociación con levodopa: 1,5 a 4,5mg/día divididos en 3 tomas diarias, junto con alrededor de 800mg de levodopa por día, teniendo en cuenta que la introducción de pramipexol induce una reducción aproximada del 27% en la dosis requerida de levodopa. 



    Ropirinol: Tratamiento inicial es de 0,25mg tres veces por día, preferentemente luego de las comidas. El aumento de la dosis debe ser gradual, 0,25mg cada dos o tres días. En treso cuatro semanas se llega a la dosis de mantenimiento de 3 a 9mg al día. La dosis máxima es de 24mg al día. 
    Sus efectos adversos son molestias gastrointestinales, alucinaciones (más frecuente en ancianos), somnolencia así como aumento de temperatura y edemas de miembros inferiores. 

    Los derivados ergóticos no se recomiendan como primera línea por el riesgo de reacciones fibróticas de serosas (C).


    La levodopa y los agonistas dopaminérgicos son medicamentos de primera línea y puede comenzarse en monoterapia o asociados en dependencia de las características individuales. 

    Al continuar la neurodegeneración y disminuir la duración del efecto de la levodopa, empeoran los síntomas motores por lo que será necesario aumentar la dosis y la frecuencia así como asociar un inhibidor de la Catecol O Metil Transferasa (COMT). 


    Medicamentos de Segunda Línea
    Son medicamentos de apoyo y no se aconsejan para el inicio del tratamiento sintomático.

    Inhibidores de la COMT: Sólo se indica asociado a la LD. Inhibe su  metabolismo periférico  aumentando su vida media. Su efecto sobre el control de los síntomas es ligero (B). Se prefiere Entacapona por tener menos riesgo de hepatotoxicidad que la Tolcapona (C).

    Entacapona: Sugerimos comenzar con una dosis inicial de 100mg tres veces al día.
    Las dosis de de mantenimiento son de 100 a 200mg tres veces al día, según la dosis de levodopa administrada y la respuesta del paciente. 
    Los efectos adversos más frecuentes son náuseas y diarrea. Puede presentarse aumento de la concentración plasmática de las enzimas hepáticas por lo que debe seguirse con transaminasas mensuales. Las disquinesias pueden controlarse disminuyendo la dosis de levodopa.

    Hoy existen preparados como el Stalevo que combinan levodopa/carbidopa/entacapona en proporción de 50/12,5/200 mg, 100/25/200 mg o 150/37,5/200 mg. Estos deben administrarse por vía oral sin fraccionar.


    Amantadina y Anticolinérgicos: El impacto sobre los síntomas es menor que el de la LD. Los anticolinérgicos son pobremente tolerados por los ancianos y su uso debe ser restringido a pacientes jóvenes (B).


    Amantadina: La dosis habitual es de 100mg dos veces al día. Si es necesario se pueden administrar hasta 400mg/día, en dosis fraccionadas.
    Los efectos adversos incluyen náuseas, mareos, anorexia, constipación y nariz seca, insomnio, depresión, ansiedad, nerviosismo, alucinaciones, confusión, cefalea, ataxia y fatiga. También  se describen edemas periféricos e hipotensión ortostática. Los fenómenos anticolinérgicos, como boca seca y retención urinaria, desaparecen con la reducción de las dosis o la supresión del fármaco. 


    Anticolinérgicos:
    Trihexifenidilo: Sugerimos comenzar con 1mg después del desayuno y la segunda dosis doce horas después. Los incrementos deben ser graduales hasta 10 a 20mg cada día. Este es un medicamento controlado.

    Biperideno: Dosis usual de  2mg, 3 a 4 veces por día. 
    Contraindicaciones: Arritmias cardíacas, glaucoma de ángulo abierto, hipertrofia prostática o retención urinaria, miastenia gravis y deterioro cognitivo.
    Reacciones adversas: Visión borrosa, constipación, disminución de la sudoración, dificultad o dolor en la micción, somnolencia, sequedad de boca, aumento de la presión intraocular y rash cutáneo. Debe mantenerse un estrecho seguimiento del rendimiento cognitivo del paciente pues estos medicamentos pueden ocasionar confusión y disminución de la memoria.



    3. Rehabilitación
    Sugerimos el inicio temprano de rehabilitación con técnicas que permitan el aumento de la capacidad física, mejoren las habilidades manipulativas y el lenguaje (B)

    Recomendamos el entrenamiento por pistas externas sensoriales y el entrenamiento en estera para mejorar el patrón de marcha e incrementar la destreza son el entrenamiento de la coordinación intrasegmentaria interarticular y el entrenamiento de movimientos básicos secuenciales (B).

    Para mejorar el lenguaje sugerimos la terapia de Lee Silverman (A). La combinación de técnicas de entrenamiento de volumen, tono, modulación y articulación junto a técnicas de entrenamiento de la expresión facial y la fluencia verbal permiten preservar  el lenguaje inteligible y fluente (B).

    Recomendamos un entrenamiento diario de la deglución combinando masajes orofaringeos, entrenamiento de movimientos deglutorios y de la movilidad oromandibular para reducir la disfagia y acortar el tiempo de alimentación (B).

    La  combinación de terapia física, defectología, logofoniatría y ajuste farmacológico con seguimiento regular por especialistas en necrología, medicina interna, fisiatría y rehabilitación física permiten resultados óptimos (D).


    4. Cirugía
    Excepto la indicación de cirugía Vim para el temblor incapacitante y refractario al tratamiento médico (C), la cirugía tradicionalmente se ha indicado en estados avanzados, con una media de 14 años de evolución de la enfermedad, cuando aparecen las complicaciones motoras y existe afectación bilateral (C). Sin embargo, existe una tendencia a realizar la cirugía en etapas cada vez más tempranas.


    OTROS TOPICOS


    FACTORES DE RIESGO PARA LA ENFERMEDAD DE ENFERMEDAD


    PRÓDROMOS O SIGNOS MUY TEMPRANOS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON



    FACTORES DE RIESGO PARA LA ENFEREMEDAD DE PARKINSON

    FACTORES DE RIESGO PARA LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

    Evitar factores que aumentan el riesgo
    Existen un grupo de conductas que pueden modificarse para disminuir el riesgo de padecer enfermedad de Parkinson. Sugerimos mantener un modo de vida sano, con ejercicios y dieta que permitan controlar el índice de masa corporal adecuado y mantener niveles adecuados de colesterol (A). Los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 deben mantener seguimiento y control periódico (A).
    Otros factores de riesgo modificables que deben evitarse se encuentran el consumo de dietas con alto contenido de lácteos, la toma frecuente de vitamina A o vitamina C (B). También deben evitarse los estímulos ambientales que mantengan ansiedad o precipiten fobias que requieran el uso de ansiolíticos (B).
    Las labores que  requieren exposición a químicos orgánicos o agrícolas deben realizarse con protección, los varones tiene mayor riesgo luego de la exposición a pesticidas (B).  Debe evitarse el uso del pesticida β-Hexachlorocyclohexane (β-HCH) ya que duplica el riesgo de enfermar de Parkinson (C).
    Estas conductas son especialmente aconsejables en algunas poblaciones, como los familiares de primer grado de pacientes con enfermedad de Parkinson. (B)


    Promover factores que disminuyen el riesgo

    Existe otro grupo de conductas que se aconsejan para disminuir el riesgo.
    Debe ingerirse una dieta rica en frutas, leguminosas, vegetales, granos enteros, ácidos grasos poli insaturados, carne de pescado y de aves, así como un consumo moderado de alcohol y evitar el consumo de grasas saturadas (B). También indicamos la toma frecuente de vitamina E (B) y café (B).
    Sugerimos realizar investigaciones prospectivas sobre el efecto protector de dosis regulares de AINES y en especial el Ibuprofeno. Este fármaco tiene ventajas asociadas como su bajo costo, seguridad y la posibilidad de un efecto protector sobre otra neurodegeneración aún más frecuente y devastadora: la demencia de Alzheimer (C).
    Prestamos especial atención al hábito de fumar que consistentemente ha sido demostrado como factor protector en la enfermedad de Parkinson con la más alta evidencia (Clase I). Sin embargo, este hábito aumenta el riesgo de lesiones pulmonares, cardiacas, vasculares y otras.
    Por esta relación riesgo/beneficio no recomendamos el hábito de fumar como conducta protectora. Pero sugerimos realizar investigaciones que determinen el mecanismo de protección sobre la enfermedad de Parkinson (y otras neurodegeneraciones), así como los principios activos lesivos (A), de forma que pudieran ser separados en futuras formulaciones. De esta manera se pudiera seleccionar y administrar sólo los principios activos beneficiosos.


    Sobre los factores genéticos

    Sugerimos el seguimiento de las poblaciones que presentan variaciones genéticas modificadoras del riesgo ya que brindan una oportunidad especial para ampliar los conocimientos sobre los mecanismos fisiopatológicos y establecer el diagnóstico temprano a partir de las manifestaciones presindrómicas de la enfermedad.



    OTROS TOPICOS:




    PRÓDROMOS O SIGNOS MUY TEMPRANOS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON


    PRÓDROMOS O SIGNOS MUY TEMPRANOS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

    PRÓDROMOS O SIGNOS MUY TEMPRANOS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON


    Introducción: 
    La enfermedad de Parkinson se diagnostica por los signos y síntomas motores que produce. Sin embargo, hoy conocemos que estos solo aparecen cuando existe una degeneración de más del 80% de la sustancia nigra y que mucho antes de este momento, en un periodo entre 6 y 40 años, se afectan otras estructuras del tallo y el bulbo olfatorio como se demuestra en los trabajos de Braak.

    Pródromos: 
    En la actualidad conocemos que existen síntomas y signos previos al desarrollo de los trastornos motores. Dentro de los síntomas más constantes están el aumento del umbral para los estímulos olfativos que puede llegar a la anosmia. 
    Los trastornos del sueño REM también anteceden el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson.  También se ha encontrado una pérdida de peso del 9% en los cinco años previos al desarrollo de los síntomas motores. Los cambios del hábito intestinal y la disminución del peristaltismo se presentan años antes del diagnóstico.
    Los estudios con PET FDOPA, el Ultrasonido (US)  de sustancia negra y las pruebas de inervación simpática cardiaca son sensibles en etapas muy tempranas de la enfermedad e incluso años antes del inicio de los síntomas lo que ha sido demostrado en portadores de la mutación PARK 8 (LRRRK). 
    Las baterías de exámenes o cuestionarios que combinan varios de los anteriores síntomas y signos se muestran sensibles para la identificación de estados preclínicos. Para el pesquisaje de poblaciones amplias se demostró la utilidad de la combinación de estudios de olfacción, cambios del humor y signos motores mínimos.

    Recomendaciones: 
    Para el pesquisaje de pródromos o síntomas ligeros de la enfermedad de Parkinson en grandes poblaciones deben emplearse medios clínicos, especialmente la combinación de estudios y cuestionarios donde se explore la olfacción, el peristaltismo intestinal, las variaciones de la masa corporal, los cambios de humor (especialmente la asociación de ansiedad y depresión), los trastornos del sueño REM y signos motores mínimos (C).
    En poblaciones de mayor riesgo o en sujetos con sospecha deben realizarse estudios que aumentan la sensibilidad y especificidad del diagnóstico aún antes de la aparición de los signos cardinales de la enfermedad. Los estudios que se sugieren son el estudio PET FDOPA, el US del parénquima cerebral, el estudio de inervación simpática cardiaca y el polisomnograma (C).



    DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

    DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON


    Introducción: 
    El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson continúa siendo difícil. El diagnóstico clínico realizado por expertos en trastornos del movimiento puede errar hasta en un 10% como lo demuestran estudios clínicos patológicos. La ausencia de marcadores biológicos en la enfermedad de Parkinson esporádica impulsa a la creación de algoritmos que mejoren la certeza del diagnóstico y permitan diferenciar otros parkinsonismos.

    Medios Diagnósticos: 
    El examen físico y el interrogatorio continúa siendo la base del diagnóstico de la enfermedad. La búsqueda de elementos típicos y la ausencia de atipicidades permiten  realizar el diagnóstico en más del 80% de los pacientes.



    La prueba farmacológica con estimulación dopaminérgica ayuda a precisar la topografía que puede ser pre sináptica, lo que es indicador de enfermedad de Parkinson o pos sináptica, que se asocia a los parkinsonismos.



    El estudio neuropsicologico permite detectar y seguir la disfunción frontal que se presenta desde los primeros estados de la enfermedad. También es útil para revisar las complicaciones cognitivas evolutivas como la demencia, que se presenta en más del 80% de los pacientes con más de 10 años de evolución. La presencia de un deterioro cognitivo importante en los primeros cinco años sugiere otros diagnósticos como la Demencia por Cuerpos de Lewy (DCL)



    La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) es un medio útil para reconocer cambios anatómicos como la atrofia cerebral o lesiones vasculares que justifiquen los síntomas. En la EPI la RMN debe ser normal o tener algunos cambios asociados a la edad.
    La RMN con técnicas T1 puede diferenciar la EPI con deterioro cognitivo de la  DCL o la enfermedad de Alzheimer ya que estas últimas presentan atrofia del cuerpo calloso
    La RMN T2, Spin Echo (SE) y Difusión Protónica (DP) permite diferenciar la EPI de la Atrofia Multi Sistema (AMS) en la que aparece hipointensidad en putamen con mayor frecuencia.



    El Ultrasonido Duplex del Parénquima cerebral permite observar un aumento de ecogenicidad de la sustancia nigra, lo que corresponde con la EPI. En los sujetos sanos no existe aumento de la señal, mientras que en la AMS existe una hiper ecogenicidad de sustancia nigra y de estriado.

    La AMS presenta Disautonomía sintomática en los primeros cinco años, lo que puede ser estudiada con pruebas electrofisiológicas de respuesta cardiovascular en mesa basculante a 70 grados y variabilidad cardiaca a la respiración. Otras pruebas sensibles son la respuesta simpática de la piel y el electromiograma de esfínter uretral.

    La Parálisis Supra Nuclar Progresiva (PSP) se caracteriza por la afectación temprana de los movimientos oculares conjugados visibles en el electro oculograma con los movimientos sacádicos y de seguimiento ocular. Estas pruebas permiten detectar los fallos 2 o 3 años antes de la típica paresia de la mirada vertical. Estos signos no se presentan en la EPI.



    La SPECT y la PET con marcadores del metabolismo y la neurotrasmición de la dopamina también son sensibles y específicos en el diagnóstico de la EPI.


    Recomendaciones:
    El diagnóstico se realiza basado en una historia clínica cuidadosa y el examen físico. No existen pruebas de laboratorio o de imágenes que hagan el diagnóstico de certeza. Estas solo son útiles para descartar parkinsonismos secundarios.

    El diagnóstico de EP se basa en tres pasos:

    1. Presencia de un Síndrome Parkinsoniano
    2. Descartar causas no idiopáticas o Parkinsonismos secundarios
    3. Buscar signos y síntomas que apoyen la etiología Idiopática

    El síndrome Parkinsoniano está determinado por la presencia de Hipo y Bradicinesia asociada al menos uno de los siguientes: Temblor de reposo de 4 a 6 Hz, Rigidez o Inestabilidad Postural. En ausencia de Hipo y Bradicinesia no se puede plantear un síndrome Parkinsoniano.
    Sugerimos utilizar los criterios diagnósticos propuestos por el Banco de Cerebro de Londres (B)



    El interrogatorio debe buscar los antecedentes de traumas, lesiones vasculares e infecciones del sistema nervioso. Es importante la historia de exposición a tóxicos industriales o agrícolas así como la ingesta crónica de neurolépticos o de anticálcos en ancianos. El antecedente de consanguinidad paterna o de varios familiares afectados sugiere la presencia de una forma familiar o de otras enfermedades.


    El inicio es insidioso, con la presencia de  hipocinesia, temblor, rigidez o trastorno de la marcha.

    Al principio el examen físico demuestra el predominio de uno de estos signos en un segmento corporal (miembro superior, miembro inferior, axial) pero luego los signos se asocian, aumentan su intensidad, afectan otro segmento y el hemicuerpo contra lateral.


    Cuando predomina un síntoma en la etapa inicial podemos reconocer la forma de presentación, las más comunes son la tremórica, la rígido-hipocinética o los trastornos de la marcha. Estas formas tienen importancia en el pronóstico como se verá más adelante.


    Temblor: Es un temblor del miembro en reposo, mas comúnmente de una mano, que desaparece con lo movimientos voluntarios. Su frecuencia es de 4 a 6 Hz.
    Al principio, cuando afecta una mano, suele aparecer cuando el paciente está caminando y no es infrecuente que los familiares lo noten primero que el paciente. El temblor de reposo es virtualmente patognomónico de la EPI.


    Puede llegar a ser muy molesto si es intenso, pero es más incapacitante el temblor postural que puede acompañarlo y que tiene una frecuencia ligeramente superior.
    Se explora suprimiendo la acción de la gravedad sobre el segmento correspondiente y haciendo que el paciente se distraiga en una tarea mental.

    Hipocinesia y bradicinesia: Es el signo más característico y se refiere a la lentitud que tiene el paciente Parkinsoniano para llevar a cabo el movimiento. Comienza de forma asimétrica en el 75 % de los pacientes.


    El paciente lo expresa como torpeza o debilidad del miembro afectado aunque al examen físico, la fuerza este conservada. Los movimientos finos están más afectados que los gruesos,  y el paciente tiene dificultad para manipular pequeñas herramientas y tareas que exigen agilidad o repetición, por ejemplo cepillarse o afeitarse. También es característica la disminución de la frecuencia del parpadeo.
    En la mano se explora con la maniobra de apertura y cierre de la pinza digital (finger tapping) y en los pies con la maniobra punta talón.


    Rigidez: Existe un aumento del tono que se mantiene durante todo el movimiento. Es mas frecuente e intensa en músculos axiales y proximales. El movimiento de miembros contralaterales aumenta la rigidez, lo que se conoce como signo de Fromet. Cuando se superpone el temblor aparece el signo de rueda dentada.
    El paciente suele aquejar incomodidad o dolor articular.


    Trastorno de la marcha: En los estadios tempranos se observa marcha lenta, arrastrando los pies y disminución del braceo que es más notable del lado afectado.
    El paciente refiere dificultad para salir del auto, levantarse de asientos muy bajos o darse vuelta en la cama. La base de sustentación es normal o disminuida. Un aumento de la base de sustentación hace sospechar de otras etiologías.


    Evolución de los trastornos de la Marcha
    1 Disminución del Braceo
    2 Arrastre de un pié
    3 Congelamiento 
    4 Caídas  

    Aunque la inestabilidad  postural es un signo cardinal del Síndrome Parkinsoniano que  aparece tardíamente en la evolución de la EPI.
    La presencia de caídas en el primer año sugiere otros diagnósticos, en especial PSP.

    Los trastornos posturales se exploran con la maniobra de retropulsión: El examinador se coloca detrás del paciente que tiene los pies moderadamente separados y empujándolo con cierta brusquedad hacia atrás. El resultado e negativo si corrige los efectos del empujón sin mover los pies, positivo si da unos pasos hacia atrás y muy positivo si cae.
    La antero pulsión se explora al revés y su aparición es más tardía.



    La evolución típica es crónica y progresiva. La presencia de episodios de empeoramiento y regresión o una evolución a saltos no es común y hacen sospechar de otros diagnósticos.

    La prueba de estimulación dopaminérgica es útil ya que la EPI es prácticamente el único síndrome Parkinsoniano que tiene una buena respuesta. Sugerimos la estimulación con levodopa por tres meses (A). Esta prueba es más sensible que la estimulación aguda y presenta mejor tolerancia con pocos efectos adversos.



    Recomendamos comenzar con 50mg de levodopa 3 veces al día asociados a domperidona 10mg media hora antes de cada toma e incrementar la dosis cada 2 días según la tolerancia del paciente. En el plazo de 10 días se puede llegar a 1 gramo de levodopa dividido en cuatro tomas. Debe observarse la respuesta del paciente que en algunos casos es muy rápida pero en el 20% puede extenderse más allá de los tres meses. Los pacientes con poca respuesta a la estimulación crónica con levodopa hacen dudar del diagnóstico y plantear un parkinsonismo.


    Diagnóstico Diferencial
    Existe una larga lista de causas de parkinsonismo que incluye toxinas, infecciones del SNC, lesiones estructurales del cerebro, trastornos metabólicos y otros desordenes neurológicos. Muchas de estas causas son raras y pueden sospecharse por hallazgos atípicos en la historia o el interrogatorio.


    En la práctica clínica deben considerarse de forma rutinaria dos grupos diagnósticos: Los parkinsonismos por drogas y los parkinson plus o neurodegenerativos dentro de los que se encuentran la de Atrofia Multi Sistema (AMS), Degeneración Cortico Basal Gangliónica (DCBG) y la Parálisis Supra Nuclear Progresiva (PSP) y la Demencia por Cuerpos de Lewy (DCL). (B).



    La frecuencia de diferentes causas de Síndrome Parkinsoniano es: Parkinson 63%, Parkinson plus 25%, Parkinsonismo por medicamentos 10% y Otros 2%.

    Una primera aproximación al diagnóstico diferencial se hace tomando en cuenta la edad de inicio de los síntomas (C).


    Parkinsonismo Juvenil (menor de 21 años): Son síndromes raros y generalmente familiares.
    Temprano (21 a 39 años): Corresponde al 5% de los Síndromes Parkinsonianos e incluye casos de EPI. Son generalmente episódicos y responden bien al tratamiento con Levodopa (LD). Las distonías preceden el Síndrome Parkinsoniano en un 15% de los pacientes. Presentan una evolución muy lenta con disquinesias y fluctuaciones tempranas pero con una baja incidencia de demencia. Mientas más precoz mayor la posibilidad de ser sintomático y a mayor edad de inicio mayor de ser una EPI.



    Ante una Síndrome Parkinsoniano de inicio temprano debe descartarse:
    1 Parkinsonismos familiares, metabólicos o degenerativos
    Enfermedad de Huntington
    Enfermedad de Wilson
    Déficit de Pantotenato Kinasa (antiguo H.S)
    2 Parkinsonismos de origen medicamentoso
    Neurolépticos
    Anticálcicos (requiere un daño cerebral previo)
    3 Tóxicos. Es excepcional, generalmente precedido por coma y de evolución rápida
    4 Tumoral
    5 Hemiparkinson Hemiatrofia
    6 Parkinsonismos Degenerativos


    Edades Medias (40 a 70 años): Es el rango de presentación para la EPI típica caracterizado por la presencia de temblor, asimetría, progresión lenta y buena respuesta a la LD. En este grupo de edades debe pensarse en los siguientes diagnósticos:
    1 Medicamentoso
    Neurolépticos (jóvenes)
    Anticálcicos (viejos)
    2 Degenerativos o Parkinson Plus
    Atrofia Multisistémica
    Degeneración Nigroestriada
    Disatuonómica
    Degeneración Olivo Ponto Cerebelosa (OPCA)
    Degeneración Cortico Basal Gangliónica
    Parálisis Supranuclear Progresiva
    3 Sintomáticos
    Vasculares
    Hidrocefalia Oculta Normotensa
    Tumores
    Hemiparkinson Hemiatrofia
    Intoxicaciones
    Infecciones


    Tardío (mayores de 70 años): Se caracteriza por la presencia de comorbilidades, curso rápido, complicaciones tempranas y demencia(59). Además de la EPI, otras etiologías posibles son:              
    1 Parkinsonismo Senil
    2 Medicamentoso
    Anticálcicos
    Antivertiginosos (Sulpiride)
    3 Sintomáticos
    Vascular
    Hidrocefalia Oculta Normotensa
    Tumores
    4 Degenerativos
    Parálisis Supranuclear Progresiva



    Los parkinsonismos por medicamentos (10% de los síndromes parkinsonianos en algunas series son importantes porque pueden ser reversibles aunque la recuperación puede tomar semanas o meses después de detener el tratamiento. Los antagonistas dopaminérgicos (neurolépticos típicos y atípicos), antieméticos y  anticálcicos, amiodarona, ácido valproico y el litio pueden causar parkinsonismo.
    Aproximadamente el 25% de los pacientes que reciben un diagnóstico inicial de EPI, luego se encuentra que padecen de alguno de los llamados Parkinson Plus.


    La presencia de los siguientes signos clínicos en estadios tempranos de la enfermedad pone en  duda una EPI (B)
    • Disautonomía, en espacial hipotensión ortostática
    • Disfunción bulbar o del lenguaje
    • Inestabilidad postural, trastornos de la marcha y caídas
    • Predominio de la hipocinesia y la rigidez, ausencia de temblor
    • Evolución rápida y simétrica con Hoehn y Yahr III en los primeros 3 años
    • Pobre respuesta a la estimulación dopaminérgica
    • Ausencia de confusión luego de la estimulación con levodopa
    • Fluctuaciones motoras tempranas
    Si existe sospecha de Parkinsonismo plus sugerimos emplear la prueba de olfacción (UPSIT) para diferenciar la EPI de AMS, DCBG y PSP. En la EPI existe un déficit olfativo que puntea por debajo de 25/40 a diferencia del resto (B).

    Si existe sospecha de AMS sugerimos realizar pruebas de disautomía que permiten detectar la hipotensión ortostática así como la disminución de la respuesta simpática de la piel. El EMG de esfínter uretral permite demostrar signos de denervación (C).


    La RMN T2, SE y DP permiten reconocer el patrón de hipointensidad putaminal (C).

    Ante la sospecha de PSP debe investigarse la presencia de caídas en el primer año (B). Sugerimos realizar electroculograma que puede demostrar el aumento de la latencia de las sacadas, su dismetría y los errores antisacadas (C).


    Aunque los estudios funcionales con SPECT o PET son sensibles para el diagnóstico diferencial de la EPI, agregan un alto costo al diagnóstico lo que unido a su baja disponibilidad los excluyen de nuestras recomendaciones.


    OTROS TOPICOS:


    FACTORES DE RIESGO PARA LA ENFERMEDAD DE ENFERMEDAD


    PRÓDROMOS O SIGNOS MUY TEMPRANOS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON






    miércoles, 22 de marzo de 2017

    El Sueño y la Memoria

    EL SUEÑO JUEGA UN PAPEL ACTIVO EN LA MEMORIZACIÓN

    Desde el año 1885, el filósofo alemán Herman Ebbinghaus había observado en sí mismo el papel activo que jugaba el sueño en la consolidación del aprendizaje. Interesándose en diferentes detalles del olvido de información había notado algunos hechos incongruentes: 24 horas después del aprendizaje de una lista de palabras, el olvido era menos severo que los detectados en más cortos períodos de tiempo, él no llegó a comprender que era, precisamente el sueño quien había venido a perturbar la “bella linealidad” de sus medidas favoreciendo la memorización.

    Sin embargo hoy se sabe hasta qué punto es importante, incluso si aún no está totalmente descrito. Según la teoría dominante, el hipocampo se aprovecharía de la ausencia de estímulos para reactivar los recuerdos. “Al parecer la memoria se acumula, en un primer momento en el hipocampo durante un tiempo máximo de una quincena y que posteriormente transfiere esos datos hacia diferentes regiones de la corteza” resume Daniel Choquet, director de investigaciones en el CNRS. Este tratamiento nocturno participaría también a la consolidación sináptica, especialmente durante la fase de sueño paradójico.

    LA EXPERIENCIA DE LA LISTA DE SÍLABAS A MEMORIZAR

    La primera experiencia significativa demostrando el impacto del sueño sobre la eficacidad de la memorización fue proyectada por John Jenkins y Karl Dallenbach, de la Cornel University. Dos alumnos (ignorando a qué tipo de experiencia iban a ser sometidos) debían memorizar sílabas sin un sentido particular.

    Una vez aprendidas, la lista era testada después de intervalos de vigilia y sueño de 1h, 2h, 4h y 8h. La experiencia fue repetida a diferentes horas del día y de la noche durante siete semanas consecutivas. Resultado: los estudiantes recordaban  alrededor de 2 veces más de sílabas cuando dormían después del aprendizaje que cuando permanecían despiertos todo el tiempo.

    Más recientemente, otros estudios han mostrado que la memorización es igualmente reforzada cuando el cerebro es estimulado por ondas de la misma frecuencia que aquellas observadas durante el sueño lento, validando también la hipótesis de un rol activo del sueño en los procesos mnémicos.

    Un rol que explica igualmente en parte el porqué de que espaciamiento de los aprendizajes favorece la memorización. Vale más estudiar 4 horas cada día dos días que 8 horas seguidas el mismo día.

    Para saber mas:


    Jenkins, Dallenbach, Obliviscence During Sleep and Sakin, The American Journal of physiology, 1924

    sábado, 18 de marzo de 2017

    De Como las Evaluaciones (Tests) Consolidan el Aprendizaje

    VERIFICAR LOS CONOCIMIENTOS FACILITA MEJOR SU RETENCIÓN

    El aprendizaje ha estado, por mucho tiempo ligado al estudio (leer o escuchar un curso y posteriormente revisarlo repetidamente) y los tests, como un medio de medir la eficacia de este aprendizaje.  Pero estos últimos, en cuanto a la capacidad de restituir (recordar lo adquirido mediante tests) no son neutros, sino que participa activamente en la consolidación del aprendizaje.

    A veces es incluso más eficaz que el estudio en sí mismo. ¿Por qué? Porque la revisión es una marcha pasiva, en tanto que la restitución de los conocimientos requiere de un involucramiento, beneficioso para el reforzamiento de las conexiones neuronales. “Si él no se involucra, el cerebro no se activa y si no se activa, no aprende. “Pedirle a los alumnos recuperar sus memorias mediante numerosos intentos, es como pedirles activar repetidamente las redes de neuronas ligadas al  contenido a recuperar. ”Ello requiere la memorización” juzga Steve Masson profesor de neuroeducación en la universidad de Quebec.

    LA EXPERIENCIA EN EL ESTUDIO EN LENGUA EXTRANGERA

    La experiencia publicada en el 2008 por los investigadores estadounidenses Jeffrey Karpicke y Henry Roediger ha sido una de las primeras en poner en evidencia la eficacia de la restitución. Se trataría de comparar la revisión clásica (lectura repetida) y aquella asociada a los tests, en estudiantes estadounidenses aprendiendo palabras del swahili.
    Primera prueba: de inicio, los dos métodos se muestran equivalentes mediante la rapidez del aprendizaje de 40 palabras. 

    Pero se diferencian en la duración “Los resultados muestran que los tests, y no la revisión son los factores determinantes para la memorización a largo término”, resumen los investigadores. Las cifras son elocuentes: establecer sólo revisiones no genera ningún progreso medible en la memorización una semana después. Los estudiantes que asocian su revisión del tema a tests repetidos mejoran sus recuerdos un 80% (de 63 a 95%) de palabras, en tanto aquellos que sólo han revisado sus notas sólo han retenido el 35% como término medio (de 10 a 60%).

    Dicho de otra manera, para la retención a largo tiempo, vale más pasar menos tiempo a releer las notas de clase que realizar tests regulares sobre la materia a estudiar. Una regla que se debe aceptar: la experiencia a, en efecto, puesto en evidencia que los estudiantes no tienen una buena percepción de las diferencias y que siguieron los tradicionales métodos orientados hacia las revisiones, subestimando ampliamente sus pronósticos de buenas respuestas a partir de los tests.

    Para saber más:


    Karpicke and Roediger, The Critical Importance of Retrieval for Learning, Science, 2008.

    viernes, 17 de marzo de 2017

    La Capacidad de Aprendizaje no es Infinita.


    ALGUNOS APRENDIZAJES NECESITAN DE UN “RECICLAGE NEURONAL”

    Desde el nacimiento, el cerebro está globalmente organizado en áreas funcionales, regiones dedicadas a tareas específicas, tal como el área de Broca para el lenguaje o la circunvolución intraparietal para los números. Pero algunas actividades, llamadas culturales, han aparecido muy recientemente en la historia de la humanidad como para que la evolución haya podido crear genéticamente programas encaminados a la creación de redes neuronales especializadas y operacionales desde el nacimiento. Es decir que, cuando se aprende a leer, a manejar un bate de pelota o a tocar la tumbadora, el cerebro debe “reciclar” neuronas originalmente destinadas a funciones aproximadas. Un ejemplo emblemático de la plasticidad se demuestra durante el aprendizaje, pero también en ese periodo se da fe de los límites de la misma, demostrando que la capacidad cerebral no es infinita y que algunas funciones pueden entrar en competencia a nivel neuronal.

    La experiencia de la lectura

    La noción de reciclaje neuronal, enunciada en el año 2007 por el fisiólogo cognitivo Stanislas Dehaene, está basada sobre la observación por RMN cerebral, que el aprendizaje de la lectura entraña el requerimiento y modificación de varias zonas del cerebro. Especialmente la región occipito-temporal izquierda, que se especializa en el tratamiento del lenguaje escrito, de ahí su nombre:  “región de la forma visual de las palabras”. También se identifica a esta zona por estar implicada en el reconocimiento visual de los objetos y caras.

    Para comprender como el aprendizaje de la lectura se instala progresivamente, su equipo ha conformado en el año 2010 tres grupos de adultos de lengua portuguesa de acuerdo a su grado de adquisición de la lectura: el primer grupo comprendía a 31 adultos alfabetizados desde su infancia, el segundo a 32 personas que sólo aprendieron a leer a la edad adulta y el tercero 10 adultos completamente iletrados. Los participantes fueron sometidos de inmediato e individualmente a un examen de RMN bajo estimulación visual mediante palabras escritas en portugués o con imágenes de objetos.

    Sin sorpresas, la comparación de las zonas activadas según el nivel de lectura ha puesto en evidencia que en los analfabetos, el área visual del hemisferio izquierdo no es (o muy débilmente) activada, en tanto lo es fuertemente en los lectores expertos.

    Suponiendo que la lectura recicla las redes neuronales inicialmente dedicadas al reconocimiento de formas de objetos y de caras, los investigadores han buscado a saber si estas actividades entran en competencia. Dicho de otra forma, si el aumento de la experticidad en la lectura se acompañaba de una disminución de la capacidad para otro tipo de tareas. Ellos también han constatado que, en los expertos en lectura, la respuesta neuronal de esta misma región del hemisferio izquierdo muestra, efectivamente tendencia a decrecer ligeramente a la vista de un tablero de damas e imágenes de casas y de útiles. También disminuye sensiblemente a la vista de rostros.

    “La competencia neuronal se traduce por una reorganización cerebral pero para una disminución de resultados positivos, precisa Sylvana Valdois, directora dela investigación del laboratorio de sicología en el CNRS, de la universidad Mendes France, en Grenoble. A medida que se realiza el aprendizaje de la lectura, la región occipito-temporal izquierda, es cada vez más solicitada para leer y menos utilizada para el reconocimiento facial, éste último ejercicio se traslada hacia el hemisferio derecho”

    Dicho de otra manera, la corteza visual se reorganiza: ella requiere para la lectura a neuronas especializadas en el reconocimiento facial y traslada una parte de esta función hacia otras regiones. Un reciclaje aún más pertinente es que la zona seleccionada para la lectura debe estar cercana a las redes neuronales ligadas a la audición y a la pronunciación de palabras, igualmente solicitadas para la lectura.

    Este mecanismo explica también por qué es tan difícil, durante los primeros tiempos de la lectura, el distinguir la p o la q o la d y la b; las neuronas requeridas no son inicialmente “programadas” para diferenciar una cara o un objeto según su perfil derecho o izquierdo. Una p no es más que una q mirada a través de un espejo.  Un automatismo innato que el aprendizaje y la práctica de la lectura permiten progresivamente encontrar.

    Para saber mas:

    Dehanne et al.,How Learning a Read Changes the Cortical Networks for Visiona nd Language, Science, 2010

    TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON En la actualidad la Enfermedad de Parkinson no es curable. Sin embargo cuenta con un tratamie...

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