Los fármacos con acción neuroléptica como la Trifluoperazina, el Haloperidol y la Fenotiazina son usualmente empleados para el tratamiento de trastornos psiquiátricos. Este tipo de drogas bloquea los receptores de la dopamina y a largo plazo puede inducir la pérdida de neuronas en la sustancia negra, un núcleo especializado en la producción de este necesario neurotransmisor.
En este estudio se realizó el seguimiento de 2 991 sujetos por 15 años. Durante este tiempo 117 personas desarrollaron algún tipo de parkinsonismo, 43 llegaron a diagnosticarse como enfermedad de Parkinson. Los investigaron comprobaron que el grupo que enfermó tuvo una mayor proporción de sujetos expuestos al tratamiento con neurolépticos concluyendo que este tipo de fármacos aumenta 3,2 veces el riesgo de padecer Parkinson.
También pudieron diferenciar que los neurolépticos del tipo Fenotiazina tienen mayor riesgo que las Benzamidas (3,65 contra 2,59 respectivamente).
Estos resultados envían un alerta a las personas que tienen tratamiento con neurolépticos, sobre todo a aquellas con regímenes prolongado o con altas dosis. Actualmente existe un nuevo grupo de fármacos llamados Antipsicóticos (Quetiapina, Clozapina, Olanzapina, Risperidona) que presentan el mismo nivel de efectividad que los neurolépticos clásicos pero tienen la ventaja de un menor riesgo de complicaciones motoras.
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