Recientes investigaciones demuestran que existen síntomas sutiles como la disminución del olfato y trastornos del sueño mucho antes de presentarse los problemas motores que permiten el diagnóstico.
Es importante señalar que no todas las personas que presentan estos trastornos padecerán Parkinson, pero que es una población de riesgo, sobre todo si tienen familiares de primer grado afectados por la enfermedad.
Una vez diagnosticada la enfermedad, los síntomas tienen una progresión muy lenta que no es igual en todos los pacientes.
Existen formas benignas de la enfermedad que mantienen muy buena respuesta al tratamiento con muy pocas complicaciones y una completa independencia luego de quince años de evolución.
Generalmente son pacientes relativamente jóvenes, que inician con temblor alrededor de los cincuenta años de edad.
Otro grupo de pacientes evoluciona de una forma más rápida asociando complicaciones motoras y no motoras en un plazo aproximado de diez años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario