En los últimos 20 años hemos sido testigos del descubrimiento de formas familiares y del hallazgo de errores genéticos que producen la enfermedad. Hoy se han descrito más de 13 sitios de nuestro código genético en los que existen mutaciones que pueden producir una enfermedad de Parkinson. Aún así, las formas familiares de la enfermedad sólo constituyen el 10% del total.
En el 90% restante no existen evidencias de un origen genético por lo que se sugiere la hipótesis de que ocurre por una exposición repetida o prolongada a ciertos factores ambientales. Dentro de los factores posibles se encuentran los tóxicos industriales o agrícolas como los insecticidas, los organofosforados y los solventes orgánicos. Es probable que esta sea la causa de que la población rural tenga más riesgo de enfermar que la población urbana.
En muchos casos no se logra encontrar ningún antecedente familiar o personal de importancia por lo que las causas son desconocidas. En medicina, cuando el origen de una enfermedad es desconocida se usa el término “idiopático”, de ahí que muchos autores mencionen la enfermedad como “Parkinson Idiopático” para distinguirlo de otras enfermedades que presentan síntomas parecidos pero que tienen una causa definida como el parkinsonismo por infartos cerebrales o el inducido por fármacos.
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